Sueño premonitorio

En una tierra de dioses, el mezcal cae como lágrimas de un ensoñador. La mano del creador nos conduce y nos da símbolos que tenemos que descifrar. El cuerpo como templo se ve enlazado a una cabeza de un cristo de un tiempo distinto al bíblico. Hay una libertad implícita en el sueño un polvo mágico que nos permite viajar sin límites.